Enfermedad de Alzheimer – Demencias
Ahora podemos tener otra visión sobre estas “enfermedades”, que hasta el momento se las consideraban degenerativas y progresivas, según la Nueva Medicina Germánica.
Enfermedad de Alzheimer: análisis comparativo entre la medicina convencional y la NMG
Cuando las personas comienzan a olvidarse de los hechos cotidianos, generalmente se considera el primer signo de la denominada «Enfermedad de Alzheimer» o demencias.
En la medicina convencional, los neurólogos afirman que la enfermedad de Alzheimer es una «enfermedad neurodegenerativa», relacionada con la edad, que afecta las funciones de las células cerebrales o neuronas. Por otro lado, los investigadores del cerebro argumentan que el deterioro de la memoria es causado por atrofia cerebral o ventrículos agrandados.
De acuerdo con los hallazgos del Dr. Hamer, una atrofia cerebral es el resultado de conflictos específicos que originan una constelación, con procesos de cicatrización en el cerebro producto de las continuas recaídas de el programa biológico.
Los ventrículos en el cerebro agrandados, que son elementos relacionados con el plexo coroideo, están asociados con dificultades para memorizar («los pensamientos no fluyen suavemente»). En realidad no es el gran tamaño de los ventrículos lo que causa la demencia, como se sugiere convencionalmente, sino al revés porque la pérdida de memoria a corto plazo activa un Programa Biológico Especial que mejora la producción de líquido cefalorraquídeo (en la fase de conflicto activo o Fase CA) que conduce, eventualmente, a un agrandamiento de los ventrículos.
Cuadro clínico de la enfermedad de Alzheimer según la NMG
La enfermedad de Alzheimer es el resultado de una constelación esquizofrénica (una constelación está determinado por la presencia de sendos Focos de Hamer en cada uno de los hemisferios cerebrales); ubicados en la corteza sensorial o post-sensorial.
La característica de una constelación es la existencia de dos conflictos biológicos, en este caso son conflictos de separación en fase activa en ambos lados. En la enfermedad de Alzheimer se puede apreciar un conflicto de separación del lado madre-hijo como así también del lado de los pares o pareja que según la lateralidad biológica afectarán un lado o el otro.
Los conflictos de separación típicos son: la muerte de un cónyuge, padres o familiares, la pérdida de un compañero o amigo, poco o ningún contacto con la familia inmediata (hijos, nietos), el retiro laboral o la jubilación, pérdida de un reconocimiento intelectual o deportivo, o tener que mudarse a un hogar de ancianos son algunos ejemplos típicos.
En caso que la constelación se encuentre activa, clínicamente se podrán observar cambios en la personalidad y del comportamiento, alteraciones a nivel de la memoria, cambios en los ciclos de sueño, entre otros. Sucede que en constelaciones de los lóbulos temporales y frontales se pueden apreciar los Focos de Hamer en la TAC de cerebro sin contraste (en forma de anillos concéntricos) en ambos hemisferios cerebrales, sin embargo no se presentan signos o síntomas a nivel orgánico durante la fase activa.
Si ocurre en forma simultánea una constelación esquizofrénica con el programa biológico especial correspondiente a los túbulos colectores de riñón (TCR) o «Síndrome»; o sea, cuando los conflictos de separación y el conflicto de abandono, existencia o refugiado se sincronizan, se agrega confusión y desorientación a la pérdida de memoria. El resultado es el cuadro clínico típico de la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, en caso de cambios de comportamiento como la beligerancia o violencia, la retirada social o los estados de ánimo depresivos indican más conflictos y/o constelaciones adicionales.
“La manifestación exacta de los cambios mentales/comportamentales está determinada por el tipo de conflictos que están involucrados. El grado del “desorden” mental está determinado por la magnitud de los conflictos involucrados.”
Loulou Bedard – materialnmg
Tratamientos y evolución del Alzheimer según la NMG
El tratamiento según la nueva medicina germánica se basa en la resolución de ambos conflictos y aguardar la reparación biológica propia del cuerpo. Cabe señalar que puede haber cicatrices en el cerebro debido a la acumulación de tejido cicatrizal que hace imposible la restitución al estado anterior al conflicto. Esto suele suceder debido a recaídas continuas o fase de sanación pendientes.
Sin embargo se han documentado casos de excelentes mejoras y recuperación de funciones perdidas mediante la conflictolisis y consecuente resolución de la constelación, estimulación psico-motora, conductas responsables, terapias naturales, entre otras.
Remarcamos que deben solucionarse ambos conflictos que conforman la constelación. Por definición sabemos que durante la constelación no se expresan, a nivel corporal, los focos de Hamer activos. Sucede que si solucionamos un sólo conflicto comenzará a expresarse el conflicto remanente a nivel orgánico.
En la medicina convencional, se asume que la demencia está relacionada de alguna manera con las «placas de beta-amiloide» en el cerebro («Aunque la causa de la enfermedad de Alzheimer no se conoce (Ud. puede hacer una búsqueda y comprobarlo).
Las placas se encuentran a menudo en los cerebros de las personas con Alzheimer»; según la Clínica Mayo). En realidad, estas «placas» son depósitos de calcio que se forman con el tiempo debido a las constantes recaídas del conflicto que interrumpen el proceso de reparación generando este tejido cicatrizal.
Estudio sobre las posibles causas de la enfermedad de Alzheimer
En 1986, David Snowden, un epidemiólogo de la Universidad de Kentucky, comenzó un proyecto de investigación que se conoció como el Estudio Nun (publicado en 2001).
El objetivo de su investigación fue determinar las causas de la enfermedad de Alzheimer centrándose en un grupo de 678 hermanas católicas que son miembros de la congregación de las Hermanas de las Escuelas de Notre Dame en Mankato, Minnesota.
Los participantes tenían entre 75 y 107 años de edad. El estilo de vida y el entorno homogéneos de las hermanas hicieron de las monjas una población ideal para estudiar. Además de las evaluaciones de sus registros médicos y las pruebas regulares de su rendimiento físico y cognitivo, los participantes acordaron donar su cerebro después de la muerte para fines de investigación.
El resultado fue notable! El examen postmortem de los cerebros de las monjas reveló que un número significativo mostraba patologías de Alzheimer en su cerebro, a pesar de que las hermanas nunca mostraron signos de pérdida de memoria durante la vida. Investigadores en el campo de la plasticidad cerebral sugirieron que las actividades mentales de las monjas favorecieron el desarrollo de nuevas redes neuronales que eventualmente asumieron el trabajo de las células cerebrales degeneradas.
La ciencia de la GNM tiene un enfoque diferente. En base a los hallazgos de que cada enfermedad es causada por un conflicto biológico (Primera Ley Biológica), el deterioro de la memoria, como se ve en los pacientes con Alzheimer, no se origina en el cerebro sino en la psique, precisamente, de los conflictos de separación duraderos que llevan a lo largo del tiempo. a la demencia.
Por lo tanto, las «placas» que se encuentran en el cerebro no son la causa de la pérdida de memoria, sino el resultado de procesos continuos de reparación en los relés cerebrales relacionados con el conflicto. Si la persona logra resolver los conflictos de separación, la función de memoria vuelve a la normalidad, sin embargo, las placas permanecen. Esto explica por qué hay personas, como algunas de las hermanas de Notre Dame, que tenían «patologías» de Alzheimer en su cerebro mientras su memoria estaba totalmente intacta. El Estudio de las monjas también confirma que GNM entiende que los problemas de memoria no tienen nada que ver con el envejecimiento.
Las hermanas de la Escuela de Notre Dame viven en condiciones privilegiadas. Dirigen sus vidas en una comunidad apoyada, donde comparten sus actividades y entablan conversaciones. La comunidad monástica proporciona un entorno ideal para hacer frente a los conflictos de separación, como la pérdida de una hermana o la muerte de un miembro de la familia. Cuando llegan a la vejez, se evita que se muden a hogares de ancianos evitando el síndrome del refugiado o abandono.
Es un recordatorio que nuestros antepasados vivían con sus ancianos, los cuales convivían con sus familias y eran atendidos hasta su partida.
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